domingo, 2 de septiembre de 2007

La Soledad

El guerrero es un ser que se sabe solo...porque sabe que su lucha es una responsabilidad estrictamente suya y su vida. un viaje personal.

Pero la soledad del guerrero es de una naturaleza muy distinta a la soledad del hombre común. No es un dolor ni una carencia.

Es una secreta alegría que le permite amar intensamente todo aquello que toca, mira o siente.. porque sabe de la fugacidad de la vida y porque aprendió a amar a partir del amor inagotable y desinteresado de la tierra. Con su devoción por el planeta como sentimiento fundamental... establece una relación íntima y cálida con la naturaleza y con la gente.

Así es como el guerrero expresa en su persona ese equilibrio entre los dos polos de una contradicción casi incomprensible: es un ser solitario que nunca está solo. Inmerso en esa contradicción aparentemente irresoluble.... es consciente de que está esencialmente solo.... pero sabe que la soledad no es más que una apariencia humana. Sabe porque ha penetrado en ella que hay una realidad más allá de lo aparente... en la que el ser humano es un pedazo de luz diferenciado apenas y solamente por un breve instante.... de la fuente mayor que constituye su origen y destino: .la tierra.

La predilección del guerrero es la manifestación sencilla y clara de la conciencia de un ser humano que sabe que la tierra es la proveedora fundamental de todo cuanto es y hace....la que le da hogar... la que lo alimenta... la que le regala belleza a cada paso.. la que está llena de misterios y en cada uno de ellos nos propone un desafío.
La predilección del guerrero es el sentimiento de aquél que goza secretamente el calor de la tierra que lo envuelve. Y por eso nunca está solo.....la tierra lo acompaña y lo sostiene en cada momento de su vida.

Es el enorme Ser a cuyo amor inagotable acude para curar sus aflicciones.... sus tristezas y para limpiarse de mezquindades. La conciencia de la tierra profunda e inconmesurable regala poder y secretos al guerrero... cuando éste es capaz de hacer a un lado los olvidos y la importancia personal, para abrir su espíritu con humildad a su dulce presencia.

Por eso "para un guerrero no puede haber un amor más grande...".

Compartido y enviado por:
Mariluz Sotto (via Multiply)

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