sábado, 3 de febrero de 2007

LLAMADO A LA UNIDAD

Más que nunca estamos necesitados de una palabra de aliento, una palabra de luz llegada en el momento oportuno a nuestros corazones tristes y sedientos de sabiduría, que se transforme en un rayo de alto voltaje capaz de derrumbar paredes y transformar nuestros espíritus débiles en poderosos catalizadores del cambio. Somos solo instrumentos de una energía que va obrando milagros a medida que recorre nuestros universos, cada mente por la que pasa, cada corazón que toca, cada voz que se hace eco deja de ser la misma, es un río de vida que estremece cuerdas en lo más profundo de los seres. Son verdades que caen como fresco rocío en cansados cuerpos, en agotados espíritus.

Son pocos los veneros y más pocos los aguadores capaces de llevar el agua hasta donde están los que no pueden caminar. Haz tuya la tarea de aportar luz y llevarla hasta donde nunca antes ha llegado. Toma la antorcha y elévala por encima de las cabezas para que el mundo la vea y sepa que la luz ha llegado, luz que se transmite a través de los actos y de las palabras, luz que se mantiene pese a conceptos abstractos y promesas de un mañana que nunca llega, hoy es el momento de la acción, el momento del trabajo. Hoy es el momento del amor en acción".

La Tierra está transformándose - así como todo y todos los que la habitamos. Con motivo de establecer Lazos de Unidad-Amor, "La fuerza de un grupo está determinada por la naturaleza de su contacto con el mundo espiritual, por la unidad de su propósito entre los diferentes integrantes del grupo, por la limpieza de la energía con que trabaja y por el magnetismo que hayan logrado desarrollar como grupo y no a nivel individual".

Se nos presenta una oportunidad única de participación en una ceremonia de fraterna comunión que fortalecerá y elevará a nuestros espíritus para poder proseguir en la tarea en la que estamos empeñados. Todos somos Uno en el Espíritu. Ya es hora de que abandonemos nuestro pensamiento limitado y desarrollemos una visión más cósmica de la vida. La comunidad de seres humanos del Planeta Tierra se está abriendo a una escala jamás vista. Nos están conectando a nuevos planos de espiritualidad. Hemos elegido encarnarnos en esta época por un motivo. En un nivel muy profundo, hemos elegido participar en el proceso de curación del planeta y establecer puentes.

Recordemos que cada pensamiento sale de nosotros y conecta con las personas de igual mentalidad que están pensando lo mismo. ¡Que nuestros pensamientos estén enfocados a la acción, el servicio, el despertar de la Nueva Humanidad!

El servicio abre los portales al mundo del espíritu. Existen, sin embargo, diferentes clases de servicio, pues en su evolución el ser adquiere características cada vez más amplias y universales.

Existe un servicio en el que se busca el propio bienestar, la propia evolución y el propio equilibrio; éste permite que la conciencia perciba el mundo personal y en él interactúe con armonía.

Existe un servicio en el que se busca el bienestar de los otros, su rescate; éste permite que la conciencia perciba el mundo de las almas y colabore en él.
Finalmente, existe el servicio sin ningún objetivo explicable, la acción gratuita y sin interés por lograr resultados; éste permite que la conciencia perciba el mundo divino y participe en él. Las almas que reconocen su genuina vocación, que es servir, son llevadas a un entrenamiento progresivo, por medio del cual ascienden de uno de esos niveles al siguiente, con su donación. Participar es DAR, participar pone a girar la rueda de la vida y de la abundancia, de manera que la realidad se presenta de múltiples formas, es decir, multidimencionalmente.

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