domingo, 26 de noviembre de 2006

LA PERCEPCION DEL AURA

LA PERCEPCIÓN DEL AURA
Lo que es invisible a los ojos físicos, no lo es a los ojos del alma
Existen formas distintas de percibir el aura, no sólo los ojos físicos son capaces de percibir formas y colores, lo que pasa es que no estamos siempre atentos a nuestra sensibilidad.
Se puede percibir el aura ajena estando de espaldas, o a la distancia, por medio de una fotografía, una carta o un objeto personal. El coche de una persona de aura agresiva estará impregnado de ella, aunque sólo sea un viejo y modesto utilitario, y los demás pueden percibir en éste la esencia vital, la personalidad y el carácter de su dueño.
Incluso un ciego puede percibir las formas y los colores del aura por medio de la sensibilidad.
Existen auras que "pican", que pasan corriente; auras magnéticas y auras eléctricas; auras frías y auras cálidas; auras agradables y auras desagradables; auras absorbentes y auras que se entregan a los demás; auras cerradas y auras abiertas; auras simpáticas y auras antipáticas; auras atrayentes y afables, y auras repelentes y desagradables; y auras reposadas y auras nerviosas. Es decir, un sin fin de tipos de aura que manifiestan y transmiten su aspecto a los demás sin necesidad de que la visión física se percate de ello.
Cada tipo de aura tiene la virtud de "contagiar" a las personas y cosas que están a su alrededor, porque nuestras auras se tocan y rozan constantemente a lo largo del día. Este roce de auras es sensible y notable por todos de diversas maneras, por simpatía o antipatía, por agrado o rechazo, por miedo o atracción.
Las sensaciones que produce cada aura
Blanca
Produce ternura, atracción, tibieza y deseos de protección, devoción y seguimiento.
Algunos enfermos, de la misma manera que algunos santones, no siempre nos agradan a primera vista porque su apariencia física no corresponde a nuestro concepto de la belleza, pero terminan despertando en nosotros las sensaciones antes reseñadas por la blanca coloración de su aura.
Su roce se presiente y se siente cálido y magnético.
Oscura o negra
Produce una fuerte atracción o un fuerte rechazo, miedo y curiosidad, desagrado e interés, en suma, sensaciones contradictorias, tan seductoras y enigmáticas, como peligrosas y desagradables.
Algunas personas marginales, así como algunos líderes, nos hacen sentir así por la oscura coloración de su aura. Su roce se presiente y se siente frío y magnético.
Dorada
Produce atracción y simpatía, seducción y confianza, calidez y seguridad, fortaleza y agrado.
Las personas que tienen este tipo de aura suelen deslumbrarnos aún sin proponérselo, y nos sentimos inclinados a cargarles nuestro destino y responsabilidades.
Su roce se siente y se presiente cálido y eléctrico.
Plateada
Produce magnetismo, animación, placidez, diversión, emotividad, excitación y comunitarismo.
Muchos artistas tienen este tipo de aura.
Su roce se siente y se presiente cálido y magnético.
Amarilla y anaranjada
Producen sensaciones parecidas al aura dorada, pero su capacidad de infundir confianza es momentánea.
Sabremos que un aura es amarilla o anaranjada cuando las sensaciones de calidez, fortaleza, seguridad, simpatía y agrado son poco duraderas y dan paso a las sensaciones contrarias: alejamiento, egoísmo, falsedad, debilidad, inseguridad, antipatía, desagrado, imposición y tiranía.
Su roce se siente y se presiente cálido y eléctrico.
Roja, granate y rosa
Producen sensaciones de nerviosismo, temperamentalidad, cierta simpatía, expansividad, camaradería, impulsividad, apetito, voluptuosidad, deseos de hablar, incluso de discutir, y deseos de disfrutar, con ciertos tintes de volubilidad, enfrentamiento y peligro.
Su roce se siente y se presiente cálido, punzante y eléctrico.
Azul
Produce sensaciones de calma, sensualidad, generosidad, estética, tranquilidad, colaboración, arte, equilibrio, consejo, apoyo y placidez. Pero también es capaz de producir irritabilidad, prejuicio, desequilibrio, ansiedad, competitividad, explotación, jerarquía, aprovechamiento y decepción.
Su roce se siente y se presiente frío, punzante y magnético.
Verde
Produce sensaciones de formalidad, apariencia, vanidad, esperanza, deseos de comunicación y sociabilidad. Pero también es capaz de producir sensaciones de nerviosismo, desconfianza, alarma, desacuerdo, celos, envidia, crítica y malestar general.
Su roce se siente y se presiente frío, ventoso y magnético, o cálido, ventoso y eléctrico.
Lila
Produce sensaciones de emotividad, ternura, sentimentalidad, maternalismo, bienestar, convencimiento, positivismo y protección. Pero también es capaz de producir sensaciones de nostalgia, depresión, desequilibrio psíquico, ensoñación, fanatismo, engaño, superstición, temor, rechazo y desprotección. Su roce se siente y se presiente alternando lo cálido y lo frío, pero siempre manifiestamente magnético.
Gris
Produce las mismas sensaciones que el aura plateada, pero en menor medida, y da paso inmediatamente a sensaciones de frialdad, apartamiento, dureza, incomprensión y pesadez, a pesar de transmitir de vez en cuando, al primer roce y superficialmente, sensaciones de originalidad, lealtad, humanitarismo, inteligencia, individualidad y potencia.
Su roce se siente y se presiente frío y punzante alternando lo eléctrico con lo magnético.
Marrón
Produce sensaciones de atracción, seducción, magnetismo, interés, curiosidad, concentración, fuerza, virilidad o feminidad, seguridad y sensibilidad. Pero también es capaz de producir sensaciones de peligro, excitación, prohibición, sexualidad, marginalidad, fantasiosidad, debilidad, inseguridad e insensibilidad.
Su roce se siente y se presiente punzante, alternando lo cálido con lo frío y lo eléctrico con lo magnético.
Las personas que tienen el aura de algún color frío (verde, azul, lila, gris o plateada), perciben mejor y se sienten más atraídas por las personas que tienen el aura de color cálido (rojo, anaranjado, rosa, granate, amarillo, marrón y dorado), pero terminan sincronizándose y llevándose mejor con las personas que comparten su tonalidad de aura, y viceversa.
Las personas de aura cálida suelen dominar e influir con mayor facilidad sobre las personas de aura fría, pero las personas de aura fría tienen una mayor capacidad de percepción y, por lo tanto, de selección, de las auras que les rodean. Y ninguna aura es mejor que otra si consideramos que entre los roces e influencias de unas a otras, todas las auras cambian de color y cualidades, de sensibilidad, talento y propiedades, "contagiándose" hasta formar un color de aura grupal, que termina por dominar y absorber las auras individuales.
Pero lo verdaderamente importante, es que cada uno de nosotros puede percibir, a través de las sensaciones que nos despiertan las otras personas, el color áurico de los demás y, de la misma manera, conocer el propio color áurico a través de las sensaciones que despierta en los demás.
Fraternalmente en la luz del amor
Miccael Sais

No hay comentarios.: